Si el INEGI hiciera un censo relacionado con el consumo del mexicano promedio en relación al tipo de bebidas que más consumen, sin duda la cerveza estaría posicionada en el top de tops, y cuando se trata de una chela, siempre pensamos en añadirle algo, lo que sea… un clamato, por ejemplo… y así nacieron las micheladas.
No se sabe exactamente quién fue el creador de la michelada, pero podríamos afirmar casi con los ojos cerrados a que su invento fue en México por algún sediento que tendría un poco de tiempo extra en su agenda, y que por ocio comenzó metiéndole cuantas cosas se le ocurrieron hasta llegar a un veredicto lo suficientemente delicioso que llegó para consolidarse en las cartas de prácticamente todos los bares, restaurantes y cantinas que conocemos.
Una barra de micheladas para el calor
Una buena pachanga siempre empieza con un «Vamos por unas chelas»… Y nosotros tenemos las mejores recetas de micheladas de la zona.
Si de plano tu repertorio de cuates es únicamente chelero, una buena idea podría ser que contrates una barra de micheladas para disfrutar un montón de opciones que harán además una tarde divertida.
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¿Cómo se hace?
Esta respuesta es demasiado subjetiva, pues lo divertido de una michelada es justamente ir jugando con ingredientes para adaptarlos de manera única a tu cerveza. Sin embargo, te vamos a compartir la receta favorita del staff de Un Trago al Día y Drinkery Machine:
- Un tarro frío.
- 3 limones recién exprimidos
- Salsa Búfalo (MUST)
- Salsa Tabasco (OPCIONAL)
- Salsa Maggie (MUST)
- Tajín
- Clamato
- Cerveza
- 1 hielo
En el tarro congelado, pones el hielo, exprimes los limones y agregas el clamato con unos dos o tres golpes de salsa Búfalo. Mezclas el resultado y vas probando y agregando ingredientes al gusto hasta que llegues al sabor que más te encante, Complementas tu tarro con la cerveza helada, y de a traguitos vas terminándotela con tu mezcla perfecta.
¡Salud!
En este hogar creemos en el poder curativo de una buena michelada.